domingo, 20 de abril de 2014

Embarazo y viajar



Seguramente muchas embarazadas saldrán de vacaciones en estos días de Semana Santa, o en  la época de vacaciones de verano, puentes, pequeñas escapadas que queráis hacer durante el resto del año o incluso  viajes de negocios… es normal que os surjan dudas sobre cuándo y cómo es recomendable viajar estando embarazada. 


El embarazo no es un impedimento para salir de viaje ni mucho menos pero hay ciertas precauciones que debemos tener en cuenta a la hora de planear nuestras vacaciones.

Siempre y cuando tu embarazo no haya presentado complicaciones como sangrados, amenaza de aborto y no te encuentres demasiado cerca de la fecha de parto, no hay inconveniente para no disfrutar de un merecido descanso. Desde luego, tampoco hay que ser inconscientes. Antes de viajar embarazada debemos evaluar algunas cuestiones importantes como la seguridad sanitaria del lugar al que iremos, el medio de transporte en el que nos transportaremos, duración del viaje, etc



VIAJAR SEGÚN EL TRIMESTRE

El embarazo tiene tres etapas fundamentales en cuanto a viajes se refiere. Por regla general, el primer trimestre (antes de la semana 12) y el último (después de la semana 28) no son los más recomendables para hacer viajes.

El primer trimestre es delicado para viajar, por lo que se recomienda escoger destinos cercanos. Si sufres náuseas, vómitos y cansancio, si son muy intensos, te pueden llegar a arruinar el viaje porque se pueden incrementar al viajar, no olvides preguntar al ginecólogo sobre algún comprimido inocuo para el bebé que ayude a mitigarlas.

El período más idóneo para viajar es el segundo trimestre de embarazo, aproximadamente entre la semana 12 y la semana 28, dependiendo siempre de la situación particular de cada mujer y lo que tu ginecólogo considere. Entre el cuarto y el sexto mes con suerte, las molestias han disminuido, el tamaño de la barriga todavía te permite disfrutar de paseos, caminatas y el riesgo de parto prematuro es mínimo.

 Por su parte, los últimos meses no son recomendables para hacer un viaje demasiado largo, viajar a zonas de demasiado calor o allí donde no se garantice la atención médica adecuada en caso de parto. En esta etapa probablemente hayamos perdido buena parte de nuestra agilidad y el aumento de peso conlleva molestias que nos hagan pensarnos dos veces el hecho de pasar un tiempo largo en un medio de transporte que nos impida movernos libremente. El cansancio en esta etapa aconseja escoger destinos cercanos y muy relajados.

Vayas donde vayas, si viajas después del séptimo mes es recomendable llevar contigo toda la documentación sobre la evolución del embarazo (ecografías, informes, análisis, pruebas médicas, etc)



RECOMENDACIONES

Es bueno organizar la salida con antelación para evitar los preparativos febriles de última hora. Por supuesto, no hay que hacer esfuerzos, ni acarrear maletas ni bolsas. 

Conviene llevar ropa cómoda (sin elásticos que puedan apretar y cortar la circulación), zapatos flexibles sin tacón, una chaqueta, por si el aire acondicionado juega una mala pasada, y un bolso ligero de mano con lo estrictamente necesario: pañuelos, útiles de aseo, algo para comer y una botellita de agua (es importante beber líquido frecuentemente). En los desplazamientos largos puede venir bien una almohada para las cervicales. Las mujeres embarazadas tienen más predisposición a marearse cuando viajan, por lo que es bueno llevar a mano algo de comida, como frutos secos,
galletas o alguna fruta. Para evitar las náuseas, lo mejor es chupar algo con glucosa, como caramelos.

No se deben tomar pastillas, ni chicles, ni jarabes para prevenir el mareo sin consultar antes con el médico. 
 
Al elegir el medio de transporte hay que considerar varias cosas: el tiempo que tarda en llegar al destino, la comodidad de los asientos, la movilidad que permite y el acceso a los aseo.




CÚAL ES EL MEJOR MEDIO DE TRANSPORTE SI ESTOY EMBARAZADA

Aunque hay muchos mitos al respecto, los viajes no suelen suponer un peligro durante el embarazo. Eso sí, hay que tomar algunas precauciones dependiendo el medio de transporte que escojamos:
  

EL COCHE


El coche es la mejor opción para los trayectos cortos, muy cómodo para ir a nuestro aire y, siempre con el cinturón de seguridad puesto. El uso del cinturón de seguridad es obligatorio durante todo el trayecto, poniendo la cinta superior al hombro entre los dos pechos y la inferior por debajo del vientre.

Durante el trayecto se deben hacer paradas cada dos horas para que puedas deambular durante diez minutos e ir al baño. También se deben realizar ejercicios con los pies mientras se está sentada en el vehículo.

Si eres tú la conductora, mejor no ponerse al volante en el último trimestre: el volumen de la tripa puede hacerlo muy incómodo y el cansancio. Evita las horas de demasiado calor y procura no salir los días de mayores desplazamientos.



EL AUTOBUS

El autobús es el transporte menos recomendable. No suele tener baño, y si lo hay, es de pequeñas dimensiones. Las posibilidades de movimiento son mínimas (no se puede pasear, los asientos son estrechos...) y, además, el tiempo entre las paradas es muy prolongado.

Pero si aún así es inevitable viajar en autocar, es obligatorio el uso de cinturón de seguridad y se deben realizar ejercicios con los pies y piernas.

 
EL TREN

El tren de alta velocidad es el medio de transporte más recomendado durante el embarazo. El tren es un medio de transporte muy cómodo, permite mayor libertad de movimientos, por lo que cambiar de posición, acercarse a la cafetería, al baño… será conveniente durante el trayecto. No obstante, no hemos de olvidar que el traqueteo puede dar alguna sorpresa, por lo que conviene caminar apoyándose en los asientos junto al pasillo. Si el trayecto es largo es preferible elegirlo con cabina y con un baño cerca.


EL BARCO

El viaje en barco puede ser bastante relajado si nos aseguramos que el estado de la mar va a ser tranquila. Pero puede darnos una desagradable sorpresa en forma de oleaje y náuseas. Existen muchos tipos de viajes en barco: desde simples ferrys que conectan dos lugares cercanos a cruceros de distinta duración, por lo que las consideraciones serán distintas en cada caso.

El barco o crucero no es el medio más adecuado para los primeros meses si sufres náuseas y tienen restricciones para embarcar embarazadas que se encuentren en el tercer trimestre.

Si se trata de un ferry corto que tenemos que tomar y ha coincidido en un día de oleaje, mejor posponer el trayecto (siempre que se pueda) o cambiar si es posible de medio de transporte, ya que el mar embravecido puede dar un disgusto a cualquier persona, no digamos durante el embarazo.

El crucero puede ser un viaje de relax (lo cual cambiará bastante cuando lleguen los niños) y permite descansar si no nos apuramos con las excursiones en las escalas ni queremos realizar la agenda completa del diario de a bordo.

Si esta es tu opción de viaje, se recomiendan los barcos grandes que cuentan con médico y enfermera a bordo.


EL AVIÓN

Los viajes en avión no implican, en principio, ningún riesgo para la madre y el futuro bebé, aunque las mujeres con embarazos complicados o de riesgo no deben volar. Es preferible no volar en el último mes de embarazo por el riesgo de que se produzca una rotura de la bolsa o un parto prematuro.  El avión es uno de los medios de transporte más seguros para viajes largos.

Al reservar la plaza conviene pedir un asiento de pasillo, que facilite la entrada y la salida, y que esté cerca del baño. El cinturón de seguridad debe colocarse por debajo del vientre, sobre las caderas. Al abandonar el avión hay que evitar los empujones y posibles golpes con el equipaje de mano, por lo que, si la embarazada no puede salir de las primeras, conviene que espere y se quede la última. Los detectores de metales que se usan en los aeropuertos son totalmente inocuos para la futura madre y su bebé.
Aunque en los aviones es difícil moverse, se recomienda pasear por el pasillo cinco minutos cada hora. Los viajes largos, sentadas en sitios con poco espacio, pueden provocar la aparición de una trombosis venosa. El embarazo aumenta este riesgo debido a la obstrucción de la vena cava por compresión del útero.

La mayoría de las compañías aéreas ponen restricciones a las embarazadas de más de siete meses para evitar la posibilidad de que se presente un parto durante el vuelo. A partir de las 28-32 semanas de gestación, las aerolíneas exigen un certificado médico emitido dentro de las 72 horas anteriores que confirme la fase del embarazo y la aptitud para volar de la pasajera. La futura madre debe firmar un documento que exima a la compañía de toda responsabilidad en caso de que surgiera algún problema relacionado con su estado durante el vuelo.


En el caso de Iberia

Conoce las autorizaciones que necesitas para volar si ya has cumplido las 28 semanas de embarazo. A partir de la 36 semana de gestación (32 si es múltiple y sin complicaciones) IATA te recomienda no volar. Si de todas formas necesitas viajar, debe ser tu médico quien lo decida. En cualquier otro supuesto, necesitarías una autorización previa del Servicio Médico de IBERIA. Una semana después del parto ya puedes volver a volar.


En el caso de Ryaniar

Una pasajera embarazada de 28 semanas o más (en el momento del viaje de ida o vuelta) tendrá que descargar el siguiente Formulario de Mujer Embarazada- Apta para Volar y debe ser rellenado por su médico o matrona para poder viajar. Una vez se haya rellenado este formulario deberá ser presentado a la tripulación de cabina al embarcar en el avión, no se le permitirá viajar sin rellenar este formulario.


Esto es todo por el momento, espero os sea de utilidad la información, y disfrutad de esos merecidos días de descanso.

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